Tras el curso de Historia de México a continuación mostraré una serie de trabajos con la recopilación de información a lo largo del curso
El porfiriato
Esta etapa de la historia de México es conocida como porfiriato, puesto que en gran
medida las acciones políticas, económicas, culturales, sociales e inclusive religiosas,
giraron principalmente en entorno de Porfirio Díaz que se convirtió con el tiempo en un
dictador.
La irrupción triunfal de los seguidores del Plan de Tuxtepec al poder en diciembre
de 1876, así como la fuga de sus dos principales opositores: Sebastián Lerdo de Tejada y
José María Iglesias, a los Estados Unidos, construyeron la posibilidad de que asumiera la
presidencia de la Republica el general Porfirio Díaz, primero en forma provisional en
diciembre de 1876, y a partir de 1877 en forma constitucional. Desde entonces, salvo un
interregno de 4 años-de 1880 a 1884, en mano de su correligionario Manuel González-, el
caudillo tuxtepecano gobernó interrumpidamente hasta mayo de 1911.
En un inicio, el régimen de Porfirio Díaz centro sus esfuerzos en tres aspectos
íntimamente ligados: primero, obtener el reconocimiento diplomáticamente de los Estados
Unidos; segundo, la pacificación del país, mediante una política conciliadora y
centralizadora; y tercero, crear las condiciones para una transmisión política del poder, que
a su vez le garantizara el retorno en 1884.
La política imperialista de los Estados Unidos en contra del incipiente gobierno de
Díaz se reflejó en las demandas que levantaron con respecto de los años que habían sufrido
los ciudadanos norteamericanos durante las rebeliones de La Noria y Tuxtepec. Mediante
la obtención del compromiso de que los préstamos forzados no afectarían a los
estadounidenses radicados en México y se puso especial énfasis en la pacificación de la
frontera con el libre paso a las tropas norteamericanas cuando persiguieran “maleantes”
(apaches, comanches, sioux y otros grupos indígenas que habían sido despojados de su
hábitat), el secretario de Relaciones, Manuel María de Zamacona, logro mitigar las
demandas, convertirlas en pagos puntuales del gobierno mexicano y que los Estados
Unidos reconocieran diplomáticamente a México en abril de 1878, Posteriormente, se
obtuvo el aval de Bélgica, Francia, Alemania, Italia, Gran Bretaña y España.
Internamente, la reconciliación fue aplicada rápidamente a los integrantes de los
ejercicios lerdistas, iglesista y a quienes habían colaborado con el imperio, a través del pago
de su salario. Con esta política Díaz neutralizo los ímpetus golpistas de sus posibles
adversarios. Con respecto de la aplicación de las Leyes de Reforma aclaro que la puesta en
vigor de esas normas no sería el pretexto para iniciar una política de tolerancia y
persecución, sino que era la apertura de una etapa de concordia entre los mexicanos.
La política de armonía con la iglesia católica llego a tal extremo que el matrimonio
entre Carmen Romero Rubio y Porfirio Diaz en 1881 fue llevado a cabo por Antonio
Pelagio de Labastida y Dávalos, quien fuera profundo enemigo de los liberales desde la
promulgación de las leyes Lerdo e iglesias en 1856.
Otro aspecto en el que coloco un especial énfasis fue la elaboración de diversos
códigos: civil, penal, procesal, de minería, de comercio y demás leyes que, según la
concepción positivista del presidente Díaz, traerían los principios de su lema “Paz, orden y
progreso”.
Con respecto de la transmisión pacifica del poder, la situación no estaba definida.
Desde 1879, se habían pronunciado públicamente los gobernadores: Ignacio Vallarta, de
Jalisco; Juan N. Méndez, de Puebla; Trinidad García de la Cadena, de Zacatecas; y
Jerónimo Treviño, de Nuevo León, en el sentido de que abrigaban aspiraciones para ocupar
la silla presidencial. La oposición de estos mandatarios locales a los intentos de reelección
de Díaz lo obligaron a declarar el 16 de septiembre de 1879, en un discurso ante la cámara
de diputados, que no tenía intención de buscar su permanencia en el poder.
La candidatura de Manuel González conto con múltiples apoyos: el primero
provenía de Porfirio Díaz, quien concentro el pacto entre ambos, que garantizaba el regreso
de este último a la presidencia. De acuerdo con la reforma constitucional, promovida por
los victoriosos tuxtepecanos, estaba prohibida la reelección para el periodo inmediato, por
lo que había ningún impedimento legal para que una vez culminado el periodo
gubernamental de Manuel González, Porfirio Díaz ascendiera de nueva cuenta al poder. El
27 de septiembre de 1880 se anunció que de 15,026 votos emitidos, el general González
habia obtenido 11,528.
El Porfiriato fue un periodo principalmente de reorganización del país, fue un periodo de
cambio, pero al mismo tiempo de represión a las fuerzas liberales, periodo de dictadura
que oprimía al pueblo y que le permitió obtener control toral del país.
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