Tras el curso de Historia de México a continuación mostraré una serie de trabajos con la recopilación de información a lo largo del curso
PORFIRIATO
Durante el periodo del Porfiriato en México la minería continuó siendo unos de los
ejes de actividad económica además de que obtuvo un crecimiento acelerado.
Para 1884 se expidió el primer Código Nacional Minero el cual establecía la
propiedad privada y la libre explotación del subsuelo bajo la única condición de
trabajar y explotar las minas. Asimismo, se señalaba que los impuestos locales y
directos a los productos mineros no deberían exceder de 2%. Este régimen
promovió enormemente la producción de minerales.
A pesar de que todas las medidas instrumentadas favorecieron a los inversionistas
nacionales, quienes más las aprovecharon fueron los capitalistas foráneos. Las
regulaciones legales de 1884 y 1892 fueron atractivas para estos empresarios,
quienes aprovechando las facilidades que se les presentaban, incrementaron sus
inversiones, establecieron nuevas empresas mineras, iniciaron la instalación de
fundiciones y comenzaron a desarrollar a una escala mayor la explotación de
minerales industriales.
De 1890 a 1910 se realizan las más importantes inversiones extranjeras, al tiempo
que los grandes consorcios foráneos comienzan a consolidarse y a orientar la
producción conforme a sus intereses. La penetración del capital foráneo y la
centralización se ejemplifican claramente; del total de empresas, 840 eran
estadounidenses, 148 de mexicanos, 40 inglesas y dos francesas. La reducida
participación de mexicanos en la inversión denota que dichas empresas eran de
pequeña magnitud.
El crecimiento de la economía minera en ese período pudo obtenerse debido a la
existencia de grandes yacimientos que ya se conocían desde la colonia pero no
habían sido explotados en forma intensa, a la creciente de la inversión extranjera y
al dinamismo de la demanda mundial de minerales. Sin embargo, esos hechos
conformaron un proceso de subordinación de la minería mexicana a factores
totalmente alejados de cualquier propósito que llevara implícito el interés nacional
y un auténtico saqueo de los recursos naturales no renovables.
El carácter de enclave de la minería desligada del resto de la economía nacional y
de los requerimientos internos, fue ocasionado en gran medida por la legislación.
Las disposiciones de esos ordenamientos convirtieron, como se mencionó, en
propiedad privada los recursos del subsuelo en beneficio de los empresarios
extranjeros y mexicanos, favorecieron la concentración de la riqueza y facilitaron el
predominio del capital foráneo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario